martes, 14 de agosto de 2012

CAMILA (Parte 1)

14 de Agosto de 2005 Bogotá

Tac, tac, tac...sonaban contra el suelo los tacones de Camila. Tac, tac, tac, sonaba contra el suelo la firmeza del caminar que tenía a los 20 años, cuando su corazón aún incorrupto anhelaba  elevar su espíritu.

Tac, tac, tac...Sonaban los tacones de Camila mientras  atravesaba el corredor de aquel periódico nacional al que deseaba ingresar, -Me encanta escribir- respondió cuando el editor que la entrevistaba le preguntó por qué se había atrevido a aplicar para el cargo de reportera nocturna - Y ¿Por qué para el trabajo de noche?-

A Camila le encantaba la oscuridad de la noche, el misterio que la luna guardaba y la facilidad de parecer invisible frente a los demás cuando protagonizan la novela de sus vidas, -Con la noche sale a la luz nuestra esencia y mi esencia es escribir sobre la noche- Tan cautivado estaba Mauricio, el editor, con aquella mujer, tan joven, tan misteriosa, inteligente y sobretodo tan hermosa que no dudo en pedirle una demostración de su trabajo.

Eran las 4:45 y el sol aún alumbraba, con sus últimos destellos del día, la ventana de aquella oficina en la que se encontraba Camila. -Solo trabajo de noche y esta, presiento, será una buena noche para escribir sobre la capital-

Al día siguiente se presentó en la oficina de Mauricio con su escrito, "Una noche por los alrededores", en efecto, sus palabras eran magnificas, su estilo único y la esencia de la noche se percibía con cada oración leída, en efecto su don eran las letras, y el periódico si que necesitaba talento en ese momento. -Me encanta- murmuro en voz baja Mauricio y fue como si a ella le hubiesen revelado el secreto de la luna, sus ojos se engrandecieron y en su garganta se instalo ese nudo que solo algunos años atrás había sentido con tanto sentimiento.
-Me encanta, pero le falta ese toque criminal y sangriento que cautiva a nuestro público de crónicas nocturnas - y entonces Camila sintió como si un puñal atravesará su corazón y se derramara toda la sangre que Mauricio le exigía para sus crónicas.

-Pe, pe, pero- tartamudeo al hablar y ese nudo que la inundo de felicidad, ahora le ahogaba sus palabras. -No te preocupes, te daré otra oportunidad regresa mañana con otra crónica y entonces hablamos de tu cargo y tu salario-  le dijo Mauricio mientras cerraba la puerta de su oficina.

Sangre, el pueblo aclamaba sangre, historias conmovedoras con finales infelices que le demostrarán al mundo lo desdichados que son algunos y lo afortunados que nacen otros -Si sangre quieren, sangre tendrán-

pasaron 3 días y Camila no se presentó al periódico, Mauricio la extraño, anhelo verla, sentir su aroma y sus ojos expresivos, aquellos que la última vez que los vio solo transmitían decepción. -¿Donde estará?- pidió los datos a su secretaria y decidió buscarla.

Preparó lo que le diría, una y otra vez –Camila, ¿Donde has estado? No, claro que eso no me debe importar. Camila ¿Qué paso con tu historia? La he esperado con ansias, (Suspiró) Camila, necesito tu presencia- Pero su concentración se esfumó cuando entró aturdido y acelerado, Lorenzo, uno de sus reporteros - Tenemos una gran historia, es aterradora, pero muy atractiva. Los dos salieron corriendo como si de aquella historia dependiera el futuro de la próxima edición y cuando ya estaban en la puerta dispuestos a obtener su chiva periodística, apareció de pie ante ellos Camila con su crónica en la mano -¿Por qué tanta prisa Mauricio?- y él con sus ojos emocionados, sedientos de primicia le respondió - ahora no Camila, tenemos la historia, “LA HISTORIA”- Ella sonrió con ironía y con calma y mucha satisfacción le preguntó: -¿La del homicidio en la Cr 7 con 32?- Mauricio y Lorenzo desaceleraron su paso y con intriga la miraron fijamente, -Aquí esta, la historia con sangre y primicia que me pidió- "Crónica de un homicidio terrenal", era perfecta, cada palabra revivía cada escena, era como si al leer se presenciará el hecho en vivo, la sangre recorrió cada párrafo y la sevicia inundo la esencia del escribir de Camila, -¿Ahora podemos hablar de mi cargo y mi salario?- susurro en el oído de Mauricio mientras sonreía...


Continuará...