sábado, 11 de octubre de 2014

DIARIO DE UNA COLOMBIANA EN TIERRAS LEJANAS (PARTE VI)

EL DESCENSO
 Turno Septiembre 2013

El anhelado 2 de Septiembre llegó. “Alesito” y yo teníamos todo listo y  yo tenía la barriga llena de esas mariposas que aletean siempre en mi, antes de una aventura. Esta sería una inolvidable.

Tomamos el bus de las 5:30am desde Rosendale hasta New York City, ya habíamos conquistado esta ciudad 2 meses atrás, pero este día se sintió como la primera vez. Tomamos fotos en cada esquina, admiré como siempre por unos cuantos minutos el edificio del New York Times y desayunamos en Teleón Café, El café donde siempre he de desayunar en Nueva York. 

Nuestro día era bastante agitado, revisamos paso a paso el plan y empezamos a caminar. Desde luego caminar es lo único seguro en esta ciudad. Visitamos museos, comimos en la panadería más costosa y aburrida del mundo (Magnolia Bakery), es una esquina donde con esfuerzo cabes con tu acompañante y pagamos 25 dólares por un café un chocolate y dos mini-ponqués.
Love park

Al terminar el día estábamos agotados pero satisfechos. Esperamos hasta las 3 de la mañana en la estación de buses (The Porth Authorithy NY) porque como buenos colombianos nos dejó el bus de las 11pm y tuvimos que “dormir” en el piso, en compañía del típico borracho y la asiática que cree que entiendes su idioma. Ella hablo un rato y nosotros sonreímos y asentamos con la cabeza varias veces.

Dieron las 6:30 am del segundo día en mi reloj  y ya habíamos llegado a Philadelphia en Pensilvania, primer destino fuera del estado de New York. Esta es una ciudad Hermosa. Imponente arquitectura, poca población y poco tráfico; está custodiada por un emblemático corazón, con la historia del país y cargado de una vibra revitalizante; la ciudad además está adornada con el parque del amor, que en ese día sus fuentes acuáticas le hacían honor a mi visita. habia un destello de color verde danzando en el agua y fue irresistible no pasar algunas horas contemplando aquella plaza ¡Esta se convirtió en mi ciudad favorita!

La ardilla del parque
Los siguiente 2 días los vivimos en Washington D.C, sin duda una ciudad única, turística, simbólica y el sol radiante que nos acompañó ese día fue perfecto para caminar. Almorzamos un helado de 7 dólares cada uno (Descuadramos el presupuesto, así que no hubo almuerzo decente esta vez). Alrededor de las 4 de las tarde alimentamos una ardilla con las sobras de la galleta del almuerzo y sentados en el parque del National Mall tratamos de recordar el camino de regreso al Hostal. Esta fue mi primera noche en una cama desde nuestra partida de Rosendale y la primera vez que entré en un tipo de alojamiento como este. (Hostal=Hotel donde te renta solo la cama y debes compartir la habitación con mas personas a las cuales no conoces) ¡Que sorpresa! nuestros compañeros de cuarto eran colombianos. Fue una larga noche de charla y cerveza.

Al día siguiente llegamos a Columbia, capital de South Carolina y sede de la Universidad de Columbia. Creo que escogimos esta ciudad pensando en que de alguna manera nos sentiríamos en Colombia, o algo así, Sin embargo cuando llegamos lo único que encontramos fue, un pequeño y caluroso terminal de buses, una pelea entre una pareja que parecía amarse y odiarse de todas las maneras posibles y a nosotros muy cansados esperando el bus. ¿Por qué escogimos Columbia? Aún no lo sé; Pero definitivamente no es el primer lugar en mi lista para visitar.

Mónica y Felipe
Después de esperar con ansias y desespero alrededor de 5 horas el bus, finalmente nos embarcamos para Atlanta. Una ciudad encantadora, gigante y por fin con una cara conocida. Mónica Forero, una vieja amistad de colegio que estaba esperándonos en el terminal. Que buen reencuentro. Comimos nuevamente como personas normales, descansamos, nos fuimos de fiesta y disfrutamos al máximo esos 2 días en compañía de ella y su novio ¡Atlanta tiene luz y duraznos!

Antes de partir para Miami último destino en Estados Unidos, revisamos el itinerario ¡Oh Díos!  Yo quería ahorcar a ‘Alesito’; él escribió 5 horas de camino en nuestra bitácora y no eran 5 eran 15. Nos esperaban ¡15! Horas de viaje en bus y un retraso de 10 horas ¡Good Job! le dije.

ya era 7 de septiembre 2013 y este era el panorama: 8:00 am, Horas de sueño 15, tortícolis 150%, desayuno 0, nalgas 0;  pero nada de eso fue importante cuando nos bajamos del bus y sentimos el olor del mar. Estábamos en ¡Miami South Beach! Y nos esperaban dos días de playa, brisa, mar y ¡Fiesta!

Llegamos al mejor Hostal que he visitado hasta ahora (International Hostel Miami South beach), fiesta las 24 horas del día, 3 comidas diarias, compañeros de todos los países, a 2 cuadras de la playa y 25 dólares la noche, que buena elección, eso compensó las 10 horas extra de bus.

'Alesito' y el Scooter
El primer día alquilamos un scooter, ‘Alesito sugirió ir a Miami a buscar un restaurante que él quería visitar. Casi perdemos la vida en una gran autopista que conduce de Miami South Beach a Miami City, esa misma que te lleva al aeropuerto: Íbamos a 30 mph, en vestido de baño y sin mapa o internet. ‘Alesito’ me gritaba que acelerara y los demás carros…Esos creo que solo nos gritaban lo estúpidos que éramos por entrar en esa interestatal manejando un Scooter. Y tenían razón.
Después de 2 horas de camino en una ruta que indicaba 30 minutos, llegamos al `dichoso´ restaurante: Budares Bistro, una pequeña muestra de las delicias culinarias venezolanas; y tanto valió la pena, que volvería a repetir la hazaña solo por comer otra de esas arepas o alguno de esos patacones.
 Al regreso tardamos solo 40 minutos en llegar a South Beach. Existe un camino especial para Scooter en el cual descubrí que ‘Alesito’ no sabe manejar moto, Él decidió tomar el manubrio las últimas 2 millas y nuevamente mi vida estuvo en peligro; piesto que me aseguró que sabía lo que hacia y después de dos intentos de suicidio me confesó que era la primera vez que manejaba una moto, ¡en su vida!  Yo solo quería llegar al hostal y devolver el ‘bendito’ Scooter. 


  
Con destino a la conquista
Luego de tres días de fiesta en Miami, estábamos listos para volar hacia nuevas tierras, no tan lejanas, pero nuevas. La conquista estaba por empezar. Teníamos un pasaje para la mañana del 10, directo a San José de Costa Rica y las maletas listas sobre la cama…