miércoles, 2 de abril de 2014

DIARIO DE UNA COLOMBIANA EN TIERRAS LEJANAS PARTE V





PLAN: “OBTENER 6 MESES MÁS EN USA”
Turno Agosto 2013


Se aproximaba septiembre y yo tenía mi tiquete de regreso a Colombia para  el 1 de octubre de ese año. Mi maleta aún estaba ocupada con lo necesario para escalar y yo sentí que necesitaba más tiempo en Estados Unidos. Este es un país extenso y quería conquistarlo un poco más. Así que desocupé la maleta, reacomodé mi closet y junto a ‘Alesito’ empecé a proyectar lo que sería mi plan: “Obtener 6 meses más en USA”.

El plan era volar a Costa Rica, un país centroamericano, reconocido por sus hermosas playas, bañado por los dos océanos y muy convenientemente para nosotros, lugar de residencia de mi tía Norma, la cual seguro nos daría posada por unos días. Así después de sumarle un territorio más a mi conquista, ‘Alesito’ y yo obtendríamos en nuestro regreso a Nueva York, 6 meses más de estadía en Estados Unidos. El plan era brillante y se volvió ambicioso cuando al contarle la idea a el alcahueta mayor: Mi papá, él sugirió adicionarle al viaje un recorrido por tierra desde Nueva York hasta Miami, con múltiples paradas en el camino ¡Que gran consejo!

Pero como todo, la logística de este soñador viaje necesitó tiempo y plata. Reunimos nuestros ahorros de aproximados 3 meses de trabajo; Yo tenía 1.700 dólares y ‘Alesito’ 1.500. Compramos con un mes de anticipación los tiquetes en bus (Salen la mitad más baratos) y obtuvimos (Regalo de ‘Alesito’) Un tiquete en avión Miami- Costa Rica y Costa Rica- Nueva York. Todo estaba saliendo como queríamos y nosotros estábamos muy emocionados, en especial ‘Alesito’ que suele expresar más ampliamente su felicidad.

Él trabajó varías noches del mes de agosto en lo que sería nuestro plan de viaje. Mientras tanto yo, de nuevo, empaqué maletas y me fui con los Landau a escalar las rutas del norte del país.  Fueron tres semanas productivas; escalamos en Connecticut, New Hampshire y terminamos en Maine  (Acadia park), escalando con el mar de testigo y junto al amanecer más hermoso que he visto hasta ahora.

Nunca olvidaré que el último día de nuestra estadía en Maine, le pedí a Joel que me llevará a probar las famosas langostas del Estado (Famosas por ser las mejores del país), Rosi me advirtió que no eran como tal vez yo me las imaginaba; pero como ella, para mi gusto entonces, comía diferente, no le presté atención y ordené una con maíz y una coca-cola.  Error.

Lo primero que debes NO hacer al comer langosta en Maine es ir a ver como la preparan (te la muestran viva como suplicando por su vida entre un acuario) y lo segundo es NO  preguntar o en su defecto `Googlear´ que es la cosa verde que sale de su vientre cuando la muerdes. Fue una experiencia desagradable que dejó como resultado una mirada en Rosi de: “Te lo advertí” y a mi estómago vacío porque apenas pude darle tres mordiscos.

Cuando llegamos a Rosendale ya solo quedaba una semana de agosto y ‘Alesito’ había hecho un gran plan de viaje para nuestro septiembre. Descargó mapas con guias, seleccionó lugares que queríamos visitar, elaboró un horario que debíamos cumplir sin “contratiempos” (Después uno aprende que siempre los hay) y armó un tour completo por tierra desde Nueva York hasta Miami; con duración de una semana y teniendo muy en cuenta los días de la semana, ya que debían coincidir con los días de entradas libres a los museos (Punto a consideración con el presupuesto). Entonces nuestras paradas serían:

Día 1: Nueva York City,
Día 2: Philadelfia (Pensilvania)
Día 3: Washington D.C
Día 4: Columbia (South Carolina),
Día 5: Atlanta (Geogia)
Día 6 y 7: Miami (Florida).
Y finalmente  los siguientes 15 días: Costa Rica (playas del Pacífico)

En efecto, el plan era ambicioso pero emocionante. Nos embarcaríamos en una aventura de playa brisa y mar;  hacia nuevas tierras lejanas con tan solo dos mochilas, un camping  y la expectativa de una gran viaje.


CONTINUARA…